Beca Actor "UNIVERSO: INESTABLES"
Laboratorio de Creación ETC
Organiza: SALA CUARTA PARED (Madrid) Directores/impulsores: Angelina Mrakić y David Hernández
Octubre/Diciembre 2018, Madrid
Fotos: Angelina Mrakić y David Hernández
PRENSA
VIDA DE ADIL, la vida real a escena
"(...) Una creación de Angelina Mrakić y David Hernández que aborda la incógnita del destino. Dos actores dan voz al protagonista de esta historia: Adil, un iraquí nacido en Bagdad que en 1982, al comienzo de la guerra de Irak, fue obligado a movilizarse al frente. Su vida, a partir de este momento, se convierte en un pozo de inestabilidad y desesperanza. Sufrimiento y miseria que los actores Jordi Gimeno y Antonio de la Fuente logran trasladar más allá del escenario con su espléndida interpretación. Adil joven, Adil maduro (...)
La música de Isaac del Pozo es otro de lo protagonistas de VIDA DE ADIL, la tenemos en directo y arropa a los actores en cada una de sus emociones compartidas. (...) las estructuras de alambre de David González conviven en el escenario con los actores y el público.
(...)Necesitamos proyectos como éste que pongan nombre y apellidos a las vidas de los otros, esos que creemos que están lejos y que nos son tan ajenos. Solo de esta forma surgirá la empatía y el mundo empezará a deconstruirse y se convertirá en un lugar más amable para todos."
"(...)El cuerpo es uno de los principales protagonistas de este proyecto; cada uno de los movimientos de los intérpretes esconde un mensaje, un sentimiento, el dolor de caminar. Avanzar duerle y es la única manera de sobrevivir.
(...) El espectáculo remueve las entrañas del espectador...
(...) la labor interpretativa y escénica es magnífica...
(...) La obra cumple su cometido con creces, creando una atmósfera comprometida y de solidaridad. Merece la pena sostener la incomodidad, aguantar miradas y preguntas de difícil respuesta, jugar con las perspectivas, escuchar al Otro y tenerle en mente."
“El
que entra en la cocina nunca va a pasar hambre”, así empieza una
de las escenas de la obra, VIDA DE ADIL, que el pasado mes de
diciembre estrenamos en el teatro Cuarta Pared de Madrid, basada en
una vida real, un Adil real y todavía vivo.
Solo
dos actores en escena. Dos Adiles. Adil joven y Adil adulto.
Adil
adulto cocina, y mientras cocina, recuerda.
Adil
joven, en el pasado, transita ese recuerdo. Lo muestra físicamente
ante el espectador, de una manera a veces abstracta, conceptual, casi
cercana a la danza.
No
hay escenario. El público está situado alrededor de la acción,
próximo a los actores, muy cerca de la cocina, tanto que mientras
hablo, puedo mirarles a los ojos, conversar con ellos, preguntarles o
confesarles mi inquietud, y hasta ver sus lágrimas arropando las
mías. Pero no se sabe muy bien si me dirijo realmente a ellos, o
charlo conmigo mismo y mis fantasmas. O con el Adil joven que sigue
transitando el recuerdo, que continúa caminando, al que le toca
vivir, revivir, lo que el adulto ya ha sufrido y ya conoce.
(…)
Cocinar sobre un escenario resulta bastante complejo. No solo por las
estrictas normas de seguridad por parte del teatro, sino por la
propia dinámica de la representación, donde cocinar no es un hecho
aislado, forma parte de la acción y del ritmo dramático. Eso supone
que todo esté pautado casi milimétricamente. Cuándo pico la
cebolla, cuándo mezclo la masa con el huevo y la sal, cuándo pongo
el aceite a calentar, cuándo empiezo a freír. Y que esa tarea a la
vez parezca natural, sencilla y absolutamente real y cotidiana.
Cocinar es algo secundario, casi simbólico, al servicio de la
narración teatral…”
VIDA DE ADIL según el dibujante Fer Giménez (Diciembre, 2018)
ElBOLETÍN DE ARTE(revista académica que edita el Departamento de
Historia del Arte de la Universidad de Málaga) publica en su Número 40 (2019) un amplio artículo sobre "la experiencia escultórica (del artista David González-Carpio Alcaraz)en relación con las artes vivas y la puesta en escena" de este
espectáculo surgido en el Laboratorio ETC de la Sala Cuarta
Pared de Madrid.
"(...) La escultura figurativa y el cuerpo
escultórico del actor se unen en el punto de indistinción -la figura se
convierte en un cuerpo vivo, y el cuerpo vivo en un cuerpo maraña-. Este
juego de reducir un personaje a su cuerpo y posteriormente a una
figura, escultura inmóvil, nos lleva a pensar en la desmaterialización
del ser como reacción a los procesos de consumo de la sociedad
capitalista, y a su vez en la resultante de esos procesos relacionados
con el verbo reflexivo consumirse. Dentro de este contexto se establece
una resonancia entre el cuerpo del actor y escultórico. En la relación y
manipulación de las figuras existe prolongación y afección. De ese
diálogo nace una narrativa que va más allá de la ilustración. El cuerpo
del actor por momentos se funde con las esculturas para deformar,
deconstruir, y simbolizar a aquellos cuerpos objetos mecanizados,
animados, y los cuerpos marionetas vivos, portadores de los síntomas de
nuestra época. (...)"