1996. "FISURAS" de Luis González Carreño
Director: Luis G. Carreño,
Compañía LA MOSCA C.
Personaje: VARIOS
Género: máscaras, teatro visual, sin texto, drama
Estreno: Teatro Galileo, Festival de Otoño, Madrid. Octubre 1996

Sueño, ensueño, vigilia
“Teatro visual, gestual (…) La palabra, como en la mayoría de los sueños, no se hace aquí sustantiva, o no aparece en la contundencia habitual; es el resto de la expresividad actoral quien toma una primer plano en la acción (…)
Fisuras parte abiertamente de los abismos del sueño. Quizá del mal sueño que el hombre soporta en su existencia. (…) Agitación ante lo incomprensible, lo monstruoso, lo que escapa a lo cotidiano. De nuevo el rito, los sórdidos pálpitos, la falta total de conceptos para luchar contra una locura lúcida, una borrachera de los dioses.
(…) el juego de las máscaras crea imágenes distorsionadas, alucinantes. Luis G. Carreño es uno de nuestros más notables expertos en la creación y manejo de esa otra personalidad que nos cubre el verdadero rostro, nos oculta cuando conviene, y no nos muestra quizá más auténticos. ¿Qué podemos ser en la profundidad de la pesadilla, tras la máscara? Ángeles terribles, hombres pájaro, divinidades subterráneas, fantasmas que se amontonan sin orden en el pozo oscuro donde el sexo y la metafísica, el gozo y el dolor, se funden en una mitología naturalmente celestial, naturalmente eterna.
Autor, director y actores se funden en una atmósfera mágica (…) Quizá el espectador no avisado pierda por momentos el hilo de la fantasía propuesta, pero siempre le quedará, cuanto menos, el gozo pleno de la plástica.”
                                                                            Miguel Medina Vicario, RESEÑA, Octubre, 1996

Baile de máscaras
“Estilización y belleza, cuidada estética de lo siniestro en un mundo poblado por personajes que parecen salidos de un cuadro de El Bosco, o de los turbadores sueños de la razón productora de monstruos por entre los que bucearon los geniales pinceles de Goya. Un pájaro cirujano, diablos traviesos y cuernicapricudos, seres reptantes, el ángel de la muerte, la perplejidad de un hombre desnudo en este inquietante jardín de las delicias… Luis G. Carreño, ayudado por la sugestiva música de José Luis Cid, pone en pie en Fisuras un universo de máscaras grotescas y desasosegadoras, en el que la palabra no existe: balbuceos, gritos, susurros y panoplia de gestos salpican este montaje lleno de atractivo y misterio. De sugerencias enmascaradas.”
                                                                                              J.I.Gª.G., ABC, Octubre, 1996